Esta conclusión, a la que llegaron el geólogo Ryosuke Motani y el investigador Lars Schmitz, de la universidad estadounidense UC Davis, contrasta con la creencia extendida de que los dinosaurios eran diurnos, mientras que los primitivos mamíferos salían a cubierto de la noche.
"Fue una sorpresa, pero tiene sentido", dijo Motani.
En el estudio, que se publica en la edición digital de la revista Science, Motani y Schmitz determinan los hábitos diarios de los dinosaurios a través del estudio de sus ojos.
Los dinosaurios, al igual que lagartos y pájaros, poseen un anillo óseo llamado anillo escleral en el ojo, a diferencia de mamíferos y cocodrilos.
Los animales diurnos tienen una pequeña abertura en la mitad del anillo, que es mucho mayor entre animales nocturnos e intermedia en los que son activos tanto de día como de noche.
El tamaño de estos rasgos depende tanto del entorno (ecología) como de la genealogía (filogenia), por lo que ambos investigadores fabricaron un programa informático para separar la "señal ecológica" de la "señal filogenética". Luego aplicaron esta técnica a los fósiles de dinosaurios herbívoros y carnívoros y de pterosaurios, los grandes reptiles voladores.
Sus mediciones revelaron que los grandes herbívoros salían tanto de día como de noche porque necesitaban comer la mayor parte del tiempo, al igual que los modernos elefantes. Velocirraptores y otros pequeños carnívoros eran cazadores nocturnos, según el estudio, que no incluyó al gigantesco tiranosaurio rex al no existir fósiles bien conservados de sus anillos esclerales.
La mayoría de los pterosaurios estaban activos de día.
La posibilidad de separar los rasgos genealógicos de los ecológicos da a los investigadores una nueva herramienta para entender cómo vivían los animales en su entorno y cómo este influyó en su evolución a lo largo de millones de años, señaló Motani.